anidaban en ti
como cosechas nuevas.
Todo el vigor de una esperanza joven
se concentraba allí,
en los valiosos hechos,
en los frutos recientes;
porque tu luz refulgía constante
con su voz y su ritmo,
con su canto y cadencia;
penetrándolo todo,
elevaba las formas
hacia una luz más pura
con su expresión más fértil.
Los veranos vividos
fraguados de silencios,
elevaban tus ojos
buscando la unidad
de fuego y transparencia.
Noches en la quietud
de solitarios vuelos.
…Son fuentes de presencia
de frutos y promesas,
tus otoños recientes.
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