Entre tus brazos,
las horas permanecen eternas,
intactas a su desgaste
y volátil existencia.
Entre tus labios,
los besos crean presencias y fulgores,
fusiones profundas, renovadas.
Entre tus manos,
la belleza se muestra
siempre reciente y gozosa.
Entre tu ser,
la vida brota
como inagotable fuente
que fluye, irradia
y embellece cuanto toca.
Vivir contigo es el milagro
de sentir esa dulzura intensa
de una vida siempre creciente
conciencia ilimitada:
sentir las horas y su paso
entre tus manos moldeadas,
beber la dulzura silenciosa de tu voz
entre los lirios,
embriagarme de los néctares preciosos
de tus ecos
en los sonidos armoniosos
de acordes y brisas delicadas,
acariciar tus ojos
mientras miras tu alrededor,
viajar por infinitos paisajes
en vuelos altos
y apacibles conciertos
de silencio y palabra.
10-09-2012