En mis noches,
te hallas en mis ojos,
te hallas en mis ojos,
llegas en silencio por estrechas sendas
que alcanzan mis sueños:
se acallan las voces de penas antiguas,
completos tu entrega y tu calidez,
el latido…
el abrazo estrecho de la oscuridad.
Nuevas líneas guían
por sonidos íntimos:
sueño que sonríes,
que conmigo admiras
paisajes y bosques
que el aire dibuja,
que el aire dibuja,
como si en su sueño
inspirara prodigiosos verdes
inspirara prodigiosos verdes
que gozan su color y formas,
su verdad y virtud
en su propio sueño…
en su propio sueño…
Sueño que en el sueño
nuestras manos se hablan,
cantan y se funden
al amor del sueño,
al amor del sueño,
aunque estén a solas,
aunque estén muy lejos...
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